domingo, 7 de diciembre de 2008

"La Casa de los Encuentros" (Amis, Martin)


En la edición del 6 de diciembre del cuerpo de cultura de La Tercera se da cabida a la actual polémica, concitada entre determinados escritores y determinados críticos de la realidad chilena. El artículo, más que llamarme la atención, me sirvió para reafirmar la idea de este blog. Las palabras de Tito Matamala y de María José Viera Gallo reflejan lo que busco hacer de este espacio. El primero nos dice que “la crítica como fomento de la lectura y como guía para el público, esa si que no existe, anda perdida” y la segunda, comparando a los críticos chilenos con los estadounidenses, dice que “los críticos chilenos me parece que tienen un tono como de profe corrigiendo una prueba. Otra diferencia es que los gringos, antes de atacar –y no atacan mucho, mas bien se impresionan ante cosas- le dan un contexto al libro, y hacen asociaciones libres con la psicología, sociología, rock por ejemplo, son más pop y divertidos”.


Ustedes podrán decir si este espacio busca fomentar la lectura y si no es tan aburrido como la crítica tradicional, pero por lo menos desde ya les puedo decir que esa ha sido la idea del comienzo: hacer de la literatura una plaza donde más gente pueda jugar.


Ahora, de vuelta al trabajo, les cuento que hoy tenemos un invitado especial: Martin Amis. ¿Qué les puedo decir de él? Bueno, en primer lugar que es un inglés que cuenta con una muy mala dentadura y, en segundo lugar, que además es escritor y cuenta con una extensa bibliografía de novelas, ensayos y relatos autobiográficos. Su última novela, “La Casa de los Encuentros”, será nuestro objeto de escritura del día de hoy.


Desde hace unos meses tengo en algún lugar de mi pieza “Koba The Dread” del mismo autor y por más que lo he empezado varias veces, mi limitado inglés y la flojera me han la han ganado en su finalización. Ahora, pese a ello, sí les puedo contar que el libro es un “non fiction” sobre Stalin, la URSS en su período más sanguinario y el ambiente intelectual que nunca comprendió el verdadero terror del comunismo (Kingsley Amis, padre de Martin y afamado escritor, también fue un comunista en su juventud y posterior converso).


Así, si “Koba…” plantea una visión histórica del fenómeno comunista en la URSS, “La casa de los encuentros” busca por medio de la ficción –entrelazada claro está con hechos históricos innegables- entregar una narración que dispara libertad a todo lo que se le pone en su camino. Aquí, la realidad de los Gulags se muestra en su lado más terrible –el de la rutina, el del día a día- y más que profundizar en los martirios físicos, Amis por medio de sus personajes y de la trama penetra en algo mucho más profundo: el efecto que producen los totalitarismos en el alma humana. Ahora, ¿cuál es la trama? Dos hermanos, un poeta y un soldado, que llegan en tiempos distintos al mismo Gulag y están enamorados de la misma mujer. El poeta, que llega después, ya se casó con ella mientras el soldado creía que ella seguía sola. Eso es. Y bueno, está “La casa de los encuentros”: el lugar ubicado en el mismo campo de concentración donde las mujeres que vivían en “libertad” debían llegar para poder tener relaciones sexuales con sus maridos, verdaderos esclavos de la revolución. Un centro de miseria humana.


De Amis sólo he leído “Yellow Dog” y “Experience”, pero si algo puedo decir de él, es que su escritura engancha brutalmente. “Yellow Dog” no me mató, pero aún así recuerdo que lo leí en menos de tres días y ¡qué decir de “Experience”! Con “La Casa de los Encuentros” sucede lo mismo, en un par de días la novela estará acabada y el sabor en la boca, debo decirlo, será amargo. Es un libro crudo, políticamente incorrecto y moralmente perturbador. La moral occidental –lo bueno, verdadero y bello- se ve bombardeada permanentemente por la fuerza de los hechos, de ese gran hecho que es la novela rusa, esa novela que se construyó no sólo en la ficción de grandes maestros, sino más precisamente en el sentir de un pueblo único.